Background
No sólo revistas y music hall, humor y vedettes habrá este verano en Villa Carlos Paz. La propuesta de las Sierras cordobesas se extiende también a las buenas comedias como “Taxi” y “Jardín de Otoño” y con un elencazo.

Tina Serrano, Adrián Navarro y Mónica Villa estarán haciendo la premiada obra de Diana Raznovich en el Teatro Candilejas 2 de la ciudad con dos créditos fundamentales: la dirección de Ernesto Larrese y la producción de Mariano Chihade.

En “Jardín de otoño”, dos solteronas, Rosalía y Griselda viven juntas en un caserón propiedad de Rosalía, donde Griselda alquila un cuarto. La vida de ambas transcurre alimentándose de las telenovelas. Y dentro de las telenovelas, siguen desde hace varios años todos los teleteatros que protagoniza su galán predilecto: Osvaldo Del Riel.

Son fans devotas de este actor que las hace soñar todas las tardes, en su personaje de mecánico. Poseídas por esta pasión Griselda y Rosalía deciden secuestrar a Osvaldo Del Riel y traerlo a la casona donde viven para obligarlo a que interprete el teleteatro con ellas de protagonistas. Lo traen secuestrado a casa, lo visten de mecánico y lo obligan a representar los besos apasionados del teleteatro con ellas. El actor asustadísimo y temeroso de que estas dos fans lo maten, obedece haciendo lo mejor posible su personaje, aunque ellas no logran que se excite lo suficiente como para que les quite la virginidad que arrastran como pesada carga de una vida de represión.

fuente: Laufal.com
6 ACTORES - Clínicas intensivas de capacitación



"6 ACTORES. Una clínica, 6 metodologías"
ACTUACIÓN POR PROFESIONALES
Programa Ejecutivo - Clínica intensiva

12, 13 y 14 de Octubre
De 10 a 13 y de 15 a 18 hs. ________________________________________________________________________________


Asesores Académicos: Claudia Kricun y Dardo Dozo

PRESENTACIÓN:
Los participantes tendrán una oportunidad única durante 3 días de intensa actividad de conocer las metodologías de trabajo de 6 prestigiosos artistas con reconocidas y diversas trayectorias dentro del mundo del espectáculo.

ADRIAN NAVARRO. No es “lo que hay” | Martes 12 de octubre de 10 a 13 hs. (+info)

LUISA KULIOK. La actuación desde el alma del personaje | Martes 12 de octubre de 15 a 18 hs. (+info)

FLORENCIA PEÑA. El trabajo del actor con el personaje | Miércoles 13 de octubre de 10 a 13 hs. (+info)

DIEGO RAMOS. La comedia, algo muy serio | Miércoles 13 de octubre de 15 a 18 hs. (+info)

ROBERTO CARNAGHI. El trabajo del actor con el director | Jueves 14 de 10 a 13 hs. (+info)

CAROLA REYNA. La intimidad de la creación | Jueves 14 de octubre de 14 a 18 hs. (+info)


METODOLOGÍA:
A lo largo de los encuentros los asistentes tendrán la oportunidad de profundizar sobre los conocimientos de la profesión y, además, la posibilidad de realizar las preguntas que surjan a lo largo de los encuentros.

DESTINATARIOS:
Jóvenes profesionales y estudiantes avanzados de carreras afines a las áreas de dirección y actuación de cine, teatro y televisión.


ARANCEL
Inscripción anticipada hasta el 08-10-2010
Para extranjeros: U$S 320
Para residentes en Argentina: $ 1250

Desde el 09-10-2010
Para extranjeros: U$S 420
Para residentes en Argentina: $ 1700

Inscripción Corporativa
Consultar arancel corporativo.
Aranceles y horarios preferenciales para instituciones educativas.


CONSULTAS
email: pedc@palermo.edu
Tel: (11) 5199 4500 Int. 1527
Para el exterior: (0054 11) 5199 4500 Int. 1527





Galán tardío A los 40 años, y después de un par de villanos memorables, llegó al rol protagónico seduciendo a Soledad Silveyra en “Secretos de amor” (Telefe). Aquí cuenta cómo llegó a este momento, y habla de la relación con sus fans.

Por DIEGO JEMIO. ESPECIAL PARA CLARÍN

En la esquina de Roma y Julián Navarro, en San Isidro, se está filmando un capítulo de Secretos de amor, la nueva novela de Telefe. Adrián Navarro juega una de las escenas con Mercedes Scápola, su hermana en la ficción; en la esquina, arriba de un auto importado, se ve la cabeza de Arturo Puig. Repiten la secuencia una y otra vez porque un productor no está conforme con el resultado final.
Puig parece serio al volante; lleva saco oscuro y corbata y tiene el gesto adusto. Luego del “corten”, se baja del auto y del personaje y aparece con un jogging impresentable. Un grupo de vecinos festeja la indumentaria y el hombre saluda amable. Puig y Navarro se acercan a la gente, reparten besos y algún memorioso larga un ¡Grande, pá!
Hay un corte para almorzar y las grabaciones siguen a la tarde. A los 40, Navarro da un giro en su carrera con Secretos de amor. Dejó de lado el rol de villano que hizo en Vidas robadas (Telefe, en 2008), se ganó un protagónico y como galán de Soledad Silveyra.

En 2004, el actor que nació en Laferrere -en pleno conurbano bonaerense- ganó el Premio Clarín Espectáculos como Revelación en Cine por Ay, Juancito. Allí interpretó a Juan Duarte, el seductor hermano de Eva Perón, quien accedió al poder tan rápido como cayó, tras la muerte de la “abanderada de los humildes”. Luego de la ceremonia en la que se entregaron aquellos galardones, dijo en una nota a este diario: “La idea ahora es no parar de trabajar. No tener espacios libres”.

A partir de entonces, el deseo se hizo realidad. Llegaron los trabajos en televisión (Culpable de este amor, Doble vida y Montecristo, entre otros), cine y teatro. Ahora, intenta seducir a Solita todas las tardes en la tele, se da el lujo de elegir los trabajos y, dice, no se olvida de aquel pibe que fue, el que trabajó de taxista, mozo y vendedor de ositos de peluche en un semáforo en San Miguel.

Claro que Navarro no sólo armó una carrera, sino también una familia, que componen su mujer, Florencia, que es diseñadora, y sus pequeños hijos Facundo, de 9 años, y Violeta, de 5. Ellos piden bajo perfil, y él respeta, y no abunda en el tema.
Durante todo un año hiciste de un malo malísimo en la novela “Vidas robadas” y ahora sos el galán de Soledad Silveyra. ¿Sentís que este papel cambia tu perfil como actor?
Es cierto que Dante Mansilla era un malo malísimo como decís vos, pero el personaje también tenía matices y por momentos era un tipo vulnerable. Antes de este papel en Secretos de amor me propusieron hacer otro malo, pero quería salir un poco de eso; de alguna manera, tenía la necesidad física de interpretar algo opuesto. Por suerte, salió esta propuesta de Telefe. Mi personaje, Manuel. es un atorrante, un tipo que conoce la calle y tiene una inteligencia callejera. Y lo que decís de “ser galán” es un agregado tuyo.

Bueno, lo sos. Diana, el personaje que hace Silveyra, está aburrida de su matrimonio y llegás vos para enamorarla…

Es que no sé muy bien qué es ser galán. Este señor es muy galante (lo dice impostando la voz, con tono grave y formal, como un autogaste). Será que viene de ahí. Le dirán así a los actores que generan algo en las mujeres. No sé muy bien ...

Lo que sí es cierto es que te garantiza continuidad en el trabajo.

Sí, claro. Además, no me voy a hacer el humilde. Veo lo que pasa en las mujeres y soy un buen receptor de eso. Noto que se genera algo, que no sólo tiene que ver conmigo. Es parte de la ficción; la gente cree conocerte e incluso te ven más atractivo de lo que sos. Pasás a ser muy bello y vos te preguntás: ‘¿Qué pasa? Si soy el mismo, pero esto antes no ocurría’.

¿Es cierto que, en algún momento de tu carrera, decidiste no aceptar más bolos (pequeños papeles, sin continuidad)?

Hice bolos durante muchos años y sentía que no podía demostrar que estaba capacitado para hacerme cargo de un personaje. En un momento, cuando las cosas no se dan y vos querés algo más, tenés que poner un freno. Una vez, me propusieron hacer un bolo y dije que no. Ahí me puse un límite de tiempo. Tenía 32 años y dije: ‘Si hasta los 35, no puedo vivir de ésto, dejo la actuación y me dedico a otra cosa’. A los pocos meses, me fui a España a hacer La pecera, una de las mejores obras que interpreté, y luego llegó el llamado de Héctor Olivera para el protagónico de Ay, Juancito. A partir de ahí, mi vida profesional cambió. Fue una decisión inteligente y me sentí muy bien conmigo mismo al haberla tomado.

Aunque venís haciendo televisión, este protagónico significa un grado mayor de popularidad. ¿Cómo te llevás con la exposición, teniendo en cuenta que comenzaste a ser conocido después de los 30?

Esto es parte de lo que uno hace. Si querés salir y que nadie te reconozca, no tenés que aparecer en la tele. Cuando estoy solo, me llevo bien con el tema. En familia, o con amigos, me inhibe porque seguís siendo el centro de la atracción. Y mi idea cuando salgo con ellos es ser uno más. Pero yo no reniego de las cosas ni soy protestón. Entiendo que es un acto de cariño y de afecto de la gente, que te alimenta el ego y que te hace sentir cómodo. Trato de no exponerme mucho y de ir a los lugares a los que siempre iba.

En aquella entrevista con “Clarín”, luego del premio, dijiste que querías tener mucho trabajo y poco tiempo libre. Ahora, se cumplió ese deseo de agenda ocupada. ¿No te cansaste de esa vida?

Eso que quería en ese momento, ahora me está pasando. No tengo tiempo libre. Trabajo mucho. Me gusta porque para mí eso es la libertad. El trabajo es un juego y me divierto mucho haciéndolo. A los tiempos, luego, uno se los hace para estar con la familia y con los amigos. Si algún día me siento cansado, pararé un poco. Por ahora, no.

No sólo de televisión vive Navarro. Está por estrenar dos películas (ver Hombre de cine) y los viernes, apenas termina de grabar la novela, se va de gira por el interior con Por su padre, la obra que está haciendo con Federico Luppi. Cuando habla de teatro, se entusiasma, dice que tiene proyectos en mente y nombra las obras que fue a ver. “Esta noche, iré a la función de Amor, dolor ... ¿y qué me pongo?, en la que actúa mi amigota y compañera de trabajo Mercedes Scápola. Una obra que me encanta es El fulgor argentino; fui dos veces y me resultó muy emocionante ver a cien actores en escena. Se genera una energía especial arriba del escenario. Me gusta salir a comer e ir al teatro. Casi no veo tele”.

A aquel pibe de Laferrere, de padre colectivero y madre ama de casa, ahora lo paran por la calle, le piden autógrafos y le ofrecen trabajos acá y en España. “Me levanto temprano, me acuesto tarde y duermo bastante poco. Pero estoy haciendo lo que me gusta. No sabés el valor que tiene eso”, dice el galán, mientras apura el último bocado para seguir grabando.

Fuente: Clarin.com
*Gracias Milagros por las fotos!
Es el nuevo galán de las telenovelas de la tarde, gracias a su participación en Secretos de amor, junto a Soledad Silveyra. Se crió en Laferrère, estuvo 
al borde de la muerte y se recuperó, gracias a su mente positiva y al amor 
de su esposa. Un hombre seguro y con mucha determinación.

Tiene 40 años y algunas canas que adornan con gracia su pelo renegrido. Habla mirando a los ojos, con aire tranquilo y sonriendo de vez en cuando. Se lo nota entusiasmado con su rol protagónico de la nueva novela de Telefé Secretos de amor en compañía de Soledad Silveyra y Arturo Puig, que marca un nuevo rumbo en su carrera como actor, porque es la primera telenovela de la tarde en la que trabaja. Paralelamente, alterna las grabaciones con la gira teatral de Por tu padre por todo el país junto a Federico Luppi.
“Estoy muy contento con las cosas que tengo para hacer este año. Además, planeo estrenar dos películas durante 2010: La patria equivocada de Carlos Galletini y El Derrotado de Javier Torre”-cuenta y agrega-. “Me resulta simpático que me digan galán, aunque no me siento uno típico. Soy sólo un actor que le toca jugar este rol. Me divierte”.

-¿Sos de mirar novelas?-No mucho. Cuando tengo un rato libre me gusta hacer otras cosas. De chico miraba mucha tele, era adicto. Creo que eso me agotó. De más grande descubrí la lectura y la observación del cielo, que me permitieron desarrollar mucho más la imaginación.

-¿Te gusta la astronomía?-No es por eso. Es que soy muy romántico. Me cuelgo mirando las estrellas, la Luna y el cielo azul o el gris tratando de descubrir ahí algunas figuras.

-¿Fue mirando el cielo o la televisión que decidiste convertirte en actor?-(Risas) Mirando la tele a los 13 años. Empecé a soñar con que algún día iba a tener mi lugar en la actuación. Desde entonces, fui detrás de ese sueño, hasta que un día lo alcancé.

-¿Antes de qué trabajabas?-Hice de todo. Fui mozo, repartí volantes, manejé un taxi y cuando la conocí a mi mujer, Florencia, hace 13 años, su padre me ofreció un trabajo muy importante con un buen sueldo, pero lo rechacé porque apenas apareciera un casting iba a ir a probar suerte. Me propuse seguir en la búsqueda hasta los 35. Si a esa edad no lo lograba me dedicaba a otra cosa.

-¿Barajaste otras opciones?-No, estaba convencido de que iba a conseguirlo. Yo siempre soy muy positivo y optimista. Hace doce años me hicieron una operación de columna y hubo mala praxis. Estuve muy mal durante un año y medio, con serios problemas motrices, en silla de ruedas y fui recuperándome de a poco. Fue grave, pero como soy muy perseverante salí adelante. Estoy convencido de que lo que me pasó me hizo más fuerte. Ahí terminé de convencerme de que sólo quería trabajar de actor.

-¿Tuviste miedo de morir?-Claro. Se me cruzó mucho por la cabeza. De hecho estuve en coma farmacológico y tuve mucho miedo. Ahora ya no pienso en eso y casi no me quedaron secuelas, salvo algunas cositas, pero creo que tienen más que ver con que estoy viejo que con otra cosa (risas).

-Cambiando un poco de tema, en la obra que protagonizás con Federico Luppi, se trata la relación padre e hijo, ¿qué reflexiones te despertó?
-Como papá de Violeta (5) y de Facundo (9) me hizo pensar mucho, porque las generaciones fueron cambiando. Hoy a los chicos se los educa con otra libertad, donde lo que piensan y dicen es muy importante. Me gusta saber cuáles son sus problemas, por más insignificantes que nos parezcan a los adultos. Los tengo muy en cuenta, hablan mucho conmigo, con la madre y tienen una relación diferente a la que nosotros mantenemos con nuestros padres.

-Por último, ¿esperás recibir algún planteo por parte de tu mujer al interpretar el rol de galán?
-Estoy felizmente casado, y ella nunca me hizo una escena de celos. Nunca nos pasó a ninguno de los dos. Tenemos una relación muy libre, madura y cada uno sabe lo que debe y quiere hacer. Entre nosotros hay mucho respeto. Incluso, a veces me ha criticado por considerar frías determinadas escenas con una mujer. ‘Faltó amor’, me dijo una vez.

-¿Te hubiera gustado que te celara un poco?-No, es hermosa así tal cual es. No me la puedo imaginar de otra manera. Me enamoré de ella así, tal como la conocí. No la cambiaría por nada.

Texto: Luján Araujo

Producción: Federico Laboureau

Fotos: Juan Ferrari

Agradecimiento: Airborn (VESTUARIO) y Hotel Prodeo (LOCACIÓN).

*Fuente:
http://www.revista-luz.com.ar/ed_0277/nota3.php


Adrián Navarro

Por Jéssica Fainsod


SALTO A LA FAMA POR SU PROTAGONICO DEL FILME AY JUANCITO, DE HECTOR OLIVERA Y POR SU PAPEL EN LA TELENOVELA MONTECRISTO (2006). DOS AÑOS DESPUES FUE EL MALO DE VIDAS ROBADAS. HOY ES EL GALAN DE SECRETOS DE AMOR JUNTO A SOLEDAD SILVEYRA.


Es un muchacho de barrio. Tiene 40 años, nació en La Matanza y vive en el barrio de Constitución. Va de compras a los supermercados de la zona y a comer a las cantinas del sur de la Capital. Tiene dos hijos, Facundo de 9 y Violeta, de 5 años que van a la escuela pública. Fuma un cigarrillo atrás del otro y se disculpa conque hace poco adquirió el hábito. Llega al bar de traje y corbata. Está vestido de Manuel, el galán que compite con Arturo Puig por Soledad Silveyra en la telenovela Secretos de amor de Telefé.

Durante los fines de semana actuá en la obra de teatro Por tu padre, con Federico Luppi, en el interior.

¿Cómo es en la vida cotidiana?
Soy un ciruja. Suelo vestirme con jogging y zapatillas. Puedo salir hecho un cachivache. Soy muy extremista: escucho jazz como también escucho heavy metal. El vértigo me seduce.

¿Qué le produce vértigo?
Puedo tirarme de un paracaídas y más tarde hacer meditación.

¿A qué se dedica su mujer?
Florencia es diseñadora de arte. Hace 14 años que estamos juntos, pero me pidió que no la nombre más en las notas por favor. Igual que mi hijo Facundo.

¿Cómo vive la exposición?
Yo bien, pero me preocupan mis hijos. Porque la gente fantasea con que quienes trabajan en la tele son millonarios.

¿Qué le ocurre cuando anda por la calle?
Cuando estoy solo se acercan, me quieren tocar, me preguntan cosas. Se me ponen a hablar, a copntrame de sus vidas.

¿Qué le gritan las mujeres?
Y... de todo. Me han dicho barbaridades, yendo con mi familia inclusive. El frente de mi casa lo tuve que pintar tres veces porque me escribieron barbaridades. Los chicos huyen. Violeta si percibe que viene alguien me agarra de la mano y me dice: ahí vienen, vamos vamos y corremos juntos. Es un juego que me divierte. Violeta tiene menos rechazo, porque nació con el papá famoso. Facundo no. Ahora el papá sale en todos lados, le preguntan en el colegio y llega un punto que dice: qué te importa.

¿Lleva a sus hijos a la escuela?
Todas las veces que puedo. También voy a las reuniones de padres.

¿A qué edad empezó a estudiar teatro?
A los 14 años. Iba los martes y jueves, de 20 a 23 hasta Palermo. Mi papá era en ese entonces chofer de larga distancia. A veces me llevaba él y otras iba sólo. Volvía a mi casa a la una de la mañana. Ahora mi papá es taxista y mi mamá es ama de casa. Mi viejo suele trabajar en Ezeiza y muchas veces lleva a actores y les cuenta de mi. El dice que se le hincha el pecho al verme actuar.

¿Por qué eligió la actuación?
Me divertía jugar. Lo primero que le dije a mi primer maestro fue que quería ser un galán de telenovela. Y me acuerdo que para demostrárselo me puse a caminar de un lado a otro con las manos en los bolsillos y sonreír. Pero el objetivo fue cambiando. Ahora sólo quiero actuar.

¿Siempre trabajó de actor o tuvo otros trabajos?
Hice de todo. Fui vendedor ambulante, vendía ositos de peluche en la calle, aparatitos para los mosquitos. Golpeaba las manos en una esquina de Laferrere y los ofrecía. Trabajé en una compañía de seguros, pero no soportaba trabajar en una oficina. Me sentía enjaulado. Saqué fotos en el Parque Centenario. También fui remisero. Aunque faltaba bastante porque me presentaba a los castings y mi viejo se enojaba: me decía que deje de hacer esas pavadas y me vaya a laburar. Hace poco se acercó y me felicitó por mi perseverancia.

¿Era para solventar sus clases de actuación?
No, era para ganar el mango. Para ayudar a mis padres a solventar los gastos.

¿Cuándo ganó su primer dinero con la profesión?
En el 2001 en España, haciendo una obra de teatro que se llamaba La Pecera , con el grupo Los no perecederos . Esa fue la primera vez que gané plata y cuando volví, a los pocos meses, no lo podía creer. Acá estaba la crisis y yo tenía euros en los bolsillos. Antes de irme estaba trabajando de mozo en un restaurante de Palermo. Tenía 31 años. Me acuerdo que salió la posibilidad de la gira a Europa y renuncié. Acababa de nacer mi primer hijo. Mi suegra me dio plata para el pasaje y no tenía ni un centavo más. Me fui solo, sin Florencia ni mi hijito, a probarsuerte. Acá hacía algún que otro bolo en la tele, pero estaba frustrado con la profesión. Con mi mujer teníamos la idea de irnos a vivir a España.

¿Y por qué no se concretó?
Tenía que empezar de nuevo. Acá ya tenía algún camino recorrido. Además, el director de cine Héctor Olivera me había convocado para un casting para la película Ay, Juancito , donde tenía que hacer de Juan Duarte, el hermano de Evita. Era un gran desafío para mí. Y estaba seguro de que podía hacerlo. Ahí empecé a cumplir mi gran deseo: el de ser actor y vivir de eso.

¿Hace análisis?
Sí. Hace mucho. Para poder encontrarme. Así aprendí que para ganar hay que aprender a perder. Hay que saber despojarse. De lo contrario, uno no avanza. Es imposible tener todo. Tomar decisiones y elegir es algo difícil.

¿De qué se despojó?
Y de muchas cosas. Aprendí a dejar que el tiempo corra y estar diez horas por día acá adentro, grabando.

¿Y no se siente encerrado, como en una oficina?
No, para nada. Este es un juego delirante donde siento que pertenezco.
ENTREVISTA CON ADRIAN NAVARRO
"Me interesan mucho más las ficciones con costado social"

Lo tentaron para trabajar en "Malparida" pero surgió el protagónico en "Secretos de amor" (Telefé) y no lo dudó. "Me divierte mucho más hacer ficción si a través de ella podemos movilizar otro costado de la gente", dice.

LOS FINES DE SEMANA, ADRIAN ESTA DE GIRA CON LA OBRA TEATRAL "POR TU PADRE", DONDE TRABAJA CON LUPPI.
Sucedió primero en "Montecristo" (2006), cuando la novela que protagonizaba Pablo Echarri trataba el tema de hijos y nietos de desaparecidos. Luego explotó en "Vidas robadas" (2008), aquella ficción con Facundo Arana que caminó sobre las redes de prostitución. Y así fue como algunas novelas comenzaron a tener contenido social. Una vez más Telefé apuesta a este tipo de proyecto con "Secretos de amor", la novela protagonizada por Soledad Silveyra. Arturo Puig, Juan Gil Navarro y Adrián Navarro que se mete en las oscuras mentes de inescrupulosos médicos y empresarios manipuladores y, con el tiempo, se irá apoderando de más temas cotidianos. "Mujeres golpeadas, medicina prepaga, alcoholismo... Muchas de estas cuestiones se verán en el estudio de abogados de Diana y Manuel", cuenta Adrián Navarro, justamente el "Manuel" del relato, a su decir "un abogado idealista, justiciero, siempre del lado de la gente, inocente, un atorrante de barrio que estudió Derecho y se hizo cargo de su familia y sus dos hermanas".

Adrián Navarro trabajó tanto en "Montecristo" como en "Vidas robadas". En la primera hizo un papel pequeño, hijo de desaparecidos. En la segunda -también con Solita y Gil Navarro-, compuso a un villano malísimo, mano derecha del que manejaba la red de tráfico de personas.

Ahora con Manuel cambia completamente de rumbo. El mismo lo dice: "Es un tipo noble con sus amigos, solidario, me divierte usar otra careta tan distinta a la anterior".

Vos, como Juan Gil Navarro, ¿tampoco fantaseaste con la idea de que los confundieran por tener el mismo apellido y trabajar juntos?

No, de hecho a mí me dicen Juan y a él Adrián. Y nos divierte. Tenemos un vínculo más allá de lo profesional: somos muy amigos. En "Vidas robadas" compartíamos camarín y en la puerta había un cartel con nuestros nombres, un día Juan lo sacó y puso Los Navarro, así nos llaman desde entonces. Tenemos una relación familiar, somos como hermanos. (El apellido ya lo tienen).

"Secretos de amor" cuenta la historia de una abogada que dejó su profesión y luego de 30 años de matrimonio decide abrir su propio estudio y contrata al brillante Manuel, que se enamora de ella.

La novela atraviesa varios temas, entre ellos, el amor con diferencia generacional. ¿Te pasó alguna vez de embarcarte en una aventura con una mujer 20 años mayor?
No, nunca. Sí lo de vivir una aventura amorosa. Fue con mi mujer, nos conocimos en un aeropuerto, a los 3 días estábamos viviendo juntos y nos casamos a los pocos meses. De esto hace 14 años. Lo nuestro fue una gran aventura.

Te habían ofrecido un papel en "Malparida" y te quedaste con "Secretos", ¿qué pasó?
Iba a hacer un papel que hoy no está, era pareja del personaje de Juanita Viale. Pero apareció la posibilidad de protagonizar la novela con Solita y me sedujo más. El de "Malparida", además, era un personaje secundario y tenía que volver a hacer de malo, igual me sentí muy agradecido. Me divierte hacer ficción y más si tenemos la posibilidad de tocar temas cotidianos y movilizar otro costado de la gente.

Los fines de semana, Adrián Navarro está de gira con "Por tu padre", la obra de teatro en donde comparte tablas con Federico Luppi. Dice que a pesar de estar con poco tiempo, está feliz de hacer lo que le gusta y para nada preocupado por el rating, "No es mi laburo, sí una consecuencia. Para eso hay otra gente y es la que sabe. Y lo mejor que nos puede pasar es hacer lo que sabemos, y a partir de ahí lo que podemos.




Desde la obra Por tu padre comparten una extraña relación. En la vida, uno asume su apoyo al Gobierno, mientras que el otro critica la ausencia del Estado en temas claves.

Por Ana Seoane


Cómplices. En la sesión fotográfica. Antes, Luppi se ofuscó por su vínculo K, mientras Navarro destacó la necesidad de ficciones que exhiban los problemas delictivos del país.

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Volvió a los escenarios porteños, junto a Adrián Navarro y de la mano del director Miguel Cavia, a quien él mismo eligió para hacer Por tu padre, la obra del dramaturgo brasileño Dib Carneiro Neto. Apenas se inicia la charla con los protagonistas, Federico Luppi advierte: “Me dicen K sólo porque apoyé alguna de las medidas buenas que hizo este gobierno, pero soy Federico. Quiero defender a este gobierno democrático, porque está haciendo las cosas razonablemente bien”. Enojado y frontal, el actor continúa: “Lo digo y me critican. Me indigno, porque lo que digo es lo que viví, no me contaron ni lo leí. Los que ahora se oponen en el Congreso fueron los que nos robaron y no nos defendieron”. Dicho todo esto, los dos protagonistas se zambullen de lleno en el proyecto que los une.

—¿Qué les atrajo de la obra?

LUPPI: Cuando lo leí me encantó, pero su autor –un hombre de la cultura de San Pablo– tenía a mi juicio muchas repeticiones y una sintaxis alejada de la nuestra. Pedi permiso para adaptarla, porque el tema es precioso. Aquí se muestra a un joven con padre ausente. Adrián (Navarro) interpretará a este típico tercero excluido, con dificultad para entender el amor, la sexualidad y la seducción. En mi caso haré dos papeles, el padre y el amante de su madre. Hombres opuestos, aunque ambos viejos difíciles, uno mejor que otro. Se habla de la paternidad y la culpa. La pieza tiene bastante humor y lo que aparece es la construcción de una personalidad, que es la del hijo.

NAVARRO: Me encantó la complejidad de los personajes. El año pasado también había interpretado a otro hijo conflictuado en Tres viejas plumas. Aquí debo mostrarme primero estancado en los 12 años y luego me transformo en un hombre de 40. Me atrajo trabajar nuevamente con Federico, algo que habíamos hecho en la película Que parezca un accidente, que rodamos en Canarias. Cada espectáculo me da la posibilidad de seguir creciendo como actor. Se aprende sobre el escenario y abajo, en los ensayos y en los cafés.

—Federico, Miguel Cavia lo había dirigido en “El vestidor” en 1997. Fue un éxito de tres años.

FL: Sí, pero en teatro nunca se sabe qué puede funcionar. Quise elegir un director sensible, que trabaje y que sea buena persona. Aquí, en Argentina, hay muchos, pero me dieron ganas de volver con Miguel (Cavia). Hoy prefiero trabajar con buena gente, antes que con genios. Uno entra lentamente en el túnel de los dinosaurios, la pasión está intacta, pero la ilusión se resquebraja.

—Adrián, ¿cuándo se sumó al proyecto y cómo lo compartirá con la televisión?

AN: Faltaba algo más de un mes para estrenar y tomé el compromiso de trabajar para que no cambiaran la fecha prevista. Cuando salía de los ensayos me iba a mi casa para seguir estudiando. Tanto Federico como Miguel (el director) aceptaron lo que proponía a partir de mi personaje. Además todavía no empecé con las grabaciones para la televisión, que serán a partir de abril.

—¿Será una versión de “Piel naranja” para Telefe? ¿Cuestionadora como “Vidas robadas”?

AN: Nunca la vi de esta manera, el 85% de lo que leí sobre la tira no es cierto. Estarán Soledad Silveyra, Arturo Puig y Juan Gil Navarro. Las ficciones nunca superan la realidad. Lo que pasó con Vidas robadas fue importante, porque la situación se hizo más pública y algo se ayudó. Pero se deberían hacer muchas tiras en el año sobre este tipo de realidades. Porque siguen existiendo prostíbulos y menores desaparecidos. No entiendo cómo sucede en un país democrático. Hoy ¿quiénes son los responsables de que a niños de 10 o 12 años los saquen de sus casas para prostituirlos? ¿Nadie se hace cargo? La gente que tiene poder lo sabe. El problema es que el delito da dinero, y mucho. Como actor siempre intento colaborar, buscando ficciones que cuenten algo que sirva para abrir los ojos o tomar conciencia. Espero que esta tira tenga alguna de estas verdades, aunque en el horario que irá (14 o 15 hs) no podemos tocar determinados temas. Hay que respetar las reglas. No debe haber violencia en las tardes de la televisión. Somos todos responsables de lo que vamos a contar y cómo lo haremos.

FL: Esta desaparición de chicos y chicas es casi endémica en Europa, agravado por las mafias que trafican con inmigrantes. Hay trata de blancas con los países del Este, y es muy difícil solucionarlo.

—¿Y la política?

AN: No me tienta, porque no sé. Mi vocación es ser actor y estudié para serlo. Creo que los políticos no se preparan.

FL: Hoy tengo dificultades con los medios por mi apoyo a la Ley de Medios. Soy un laburante. La gran diferencia es que en España, como en Europa, se pierden capas de sensibilidad. No alcanza con la tecnología, se necesitan médicos con vocación y pasión. Aquí estamos discutiendo por los pliegos a Mercedes Marcó del Pont y creo que hay temas más importantes.

—Y en lo personal ¿qué otras diferencias encontró?

FL: Cuando llegué a España, con 68 años, quise sumarme a una prepaga y me dijeron: “está en el límite”. Finalmente me hicieron socio, pero ahora que pasé los 70 años me cuestionan. Lo puedo contar con cierto desparpajo: no puedo sacar un crédito, ni hipoteca, ni me dan tarjeta de crédito, ni alquilar un departamento a mi nombre porque mis años no les permiten fiarse si lo hago. Mi edad me impide acceder a los componentes básicos de la vida cotidiana, pero sí me exigen que pague impuestos y tenga la misma actividad de un hombre de 32 años. Soy un cero a la izquierda, pero me obligan a trabajar como joven. El sistema es expulsar temprano a la gente improductiva e incorporar muy temprano a la productiva. No encuentro imaginativamente una solución salvo el día que toda la sociedad se comprometa a cambiar. Todo sistema se corrompe –incluso Rusia– cuando olvida al ser humano.

La soledad del amo


Se recuerdan las dos últimas direcciones de Miguel Cavia: El vestidor, con Luppi y Julio Chávez, en 1997, y en el año 2000 Viaje de un largo día hacia la noche, de Eugene O´Neill, con Norma Aleandro y Alfredo Alcón. Después llegaron sus trabajos con la comunidad de San Martín y sus clases en el estudio de Julio Chávez. Fue Chávez quien lo hizo retornar a los escenarios independientes como actor de dos de sus creaciones: Como quien mata a un perro y La de Vicente López.

“En estos años aprendí –confiesa Cavia– a sentirme agradecido cuando trabajo con actores que se inician, que están aprendiendo. Reconozco que en la vida el paso del tiempo nos debe devolver un sentido. Actuar es lo que más me descansa. Uno sabe que está en manos de otro que mira la totalidad. Mientras cuando ejercés la dirección, en algún momento te sentís como un amo y eso implica una soledad muy grande”.

El proyecto se inició con otro actor (Pablo Rago), pero al mes de ensayar se retiró del espectáculo. “Renunció y nos sorprendió –aclara–. También nos generó un gran vacío, porque no dialogó, ni tuvimos ninguna explicación suya. Espero en algún momento cruzármelo y preguntarle qué le pasó.”

Habla de la pasión de Luppi por los textos, y el tiempo que pasó desde la última vez lo valoriza de manera positiva. “A Federico lo veo depurado en su oficio, consiguió con los años transcurridos una notable economía de recursos. Aliento el riesgo; si vamos a lo seguro es peligroso y el teatro no ocurre”, finaliza.

Fuente: Diario Perfil


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Federico Luppi - Adrián Navarro
Dirección: Miguel Cavia
Estreno 24 de Marzo -21:00hrs
MULTITEATRO - Av. Corrientes 1283
Funciones: Miércoles a Viernes: 21hs. / Sábados: 20:30hs. y 22:30hs. /
Domingos: 20hs.
Localidades: $100


Síntesis de la obra:

Un joven en sus treinta largos, confronta en el funeral de un familiar, al socio comercial de su padre y a su padre mismo, en un crispado, frenético y, por momentos agresivo, dialogo en medio de situaciones donde la emoción, ternura, soledad y la esperanza tejen una trama que se asemeja a un ajuste de cuentas.

Desfilan así los complejos mundos del afecto, la seducción (por su madre, la ex mujer) y el sexo, éste último como motor que aporta felicidad o neurosis, según la alegría con que se lo encare o el prejuicio que lo condicione; personajes, momentos, recuerdos, humor que nos devuelve como un espejo esa dualidad que tiñe marcadamente nuestra vida: la soledad y la ternura.


Ficha técnica:Obra: Por tu padre
Adaptacion de la obra original: Adivinhe quem vem para rezar
Autor: Dib Carneiro Neto
Elenco: Federico Luppi, Adrian Navarro
Dirección: Miguel Cavia
Diseño de la escenografía: Marcelo Pont
Producción: Christian Cristofani, Eventos2000, Dixi Group
Producción Ejecutiva: Daniel Llull



Detalle:

Un joven en sus treinta largos, confronta en el funeral de un familiar, al socio comercial de su padre y a su padre mismo, en un crispado, frenético y por momentos agresivos diálogo en medio de situaciones donde la emoción, ternura, soledad y la esperanza tejen una trama que se asemeja a un ajuste de cuentas.
Desfilan así los complejos mundos del afecto, la seducción (por su madre, la ex mujer) y el sexo, este último como motor que aporta felicidad o neurosis, según la alegría con que se lo encare o el prejuicio que lo condicione; personajes, momentos, recuerdos, humor que nos devuelve como un espejo esa dualidad que tiñe marcadamente nuestra vida: la soledad y la ternura.
Federico Luppi, el gran actor argentino, en su regreso a los escenarios porteños, acompañado por Adrián Navarro.
Dirección: Miguel Cavia.

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Fuente:Clarin